SE PUEDEN HACER EXAMENES VISUALES DESDE EL NACIMIENTO
Graduar a un adulto ya es una tarea complicada, pero graduar a un niño lo es más. No debemos esperar a que un niño tenga capacidad para hablar para hacerle una examen visual.
Hay que prestar especial atención a los signos: ojos rojos, llorosos, lagrimeo… y a los síntomas: picor ocular, parpadeo excesivo, se acerca a la tablet, a la TV…
Los exámenes visuales en niños pueden demorar más, hay que buscar un profesional que empatice con niños y esté especializado en optometría pediátrica.
Busca un optometrista comportamental
- Casi el 80% de los niños nacen hipermétropes y cerca de un 10% presentarán defectos que requerirán corrección en años posteriores.
– La visión es el sentido menos desarrollado en el recién nacido y requiere un proceso de adaptación y aprendizaje.
– Se puede hacer un examen visual en niños desde el nacimiento. Obviamente para cada edad habrá pruebas distintas en función de la colaboración y los objetivos también serán distintos: No vamos a esperar que un recién nacido tenga una vista del 100%; o un control de sus movimientos oculares como un niño de 8 años…
– Oftalmológicamente hablando, hay un porcentaje muy bajo de patologías oculares en el recién nacido. Las más frecuentes son:
– Ptosis palpebral.
– Aniridia
– Cataratas congénitas
– Glaucoma congénito
– Leucocoria
– Obstrucción del conducto nasolagrimal
– Dacriocistitis
– Es muy importante hacer un seguimiento y revisar al niños cada año a partir de los 4 años, cualquier alteración en el proceso de emetropización puede conllevar:
– Fracaso escolar por un problema visual
– Estrabismo / ojo vago por defectos refractivos no diagnosticados.
– Etiquetar al niño como «disléxico» o con «TDAH» cuando realmente están enmascarando un defecto visual.